Decálogo para el estalinista perfecto.

26/3/09
La lucha cotidiana en la arena política trae aparejadas tareas algo ingratas pero necesarias: escribir libelos, buscar quintacolumnas y organizar linchamientos.
He aquí una guía indispensable paso a paso (la única que conseguimos):
  1. Elija una idea, difúndala y busque gente con pereceres similares.
  2. Elija un líder (no sea apurado, espere).
  3. Hágase el mejor intérprete de sus dichos, actos y omisiones.
  4. Organice una doctrina.
  5. Efectúe la primera limpieza doctrinaria y acuse a los herejes más peligrosos de traición a la causa. Aproveche para rodear al líder con un grupo selecto de adláteres fanáticos, elegidos por usted.
  6. Identifique los que se salvaron por un pelo, llámelos a la unidad y utilice con ellos abundantemente cualquier etiqueta de uso: "compañero", "camarada", "correligionario", "hermano", "amigo".
  7. Establezca un tribunal con el que amenazar en el futuro a los díscolos.
  8. Espere un rato. En cualquier momento el Líder se va a mandar una agachada grande. Es humano, al fin, y usted lo sabe. Métalo en el horno ideológico con papas, pero manténgase en segundo plano para evitar las chispas.
  9. Mire alrededor, y si hay otro posible Líder, vuelva al punto 2. De lo contrario siga adelante.
  10. Sea Jefe de la Sociedad de Fomento, del Club. También Presidente de la Nación, Emperador, Dictador, Papa, lo que quiera.

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