Diez razones para preferir la infamia a la fama.

27/3/09
En estos días la fama fácil es fuerte tentación para los cretinos. Sin embargo, pensamos en Guía para tales que lo que rápido viene, rápido se va. La infamia es lo mejor, lejos:
  1. Es duradera, casi eterna.
  2. Es más fácil ser un infame que un famoso; hay una plétora de maldades, perjurios, traiciones, apostasías, inmoralidades, prevaricaciones, vicios, corrupciones, a fuer de que uno es humano y está lleno de defectos de los que se siente orgulloso.
  3. Se pueden hacer bien cien cosas distintas, pero si hacemos sólo una mal, alcanza. Bien pensada y meditada, tenemos infamia asegurada por toda la eternidad.
  4. Una vez instalada, la infamia asumida y asimilada otorga cierta holgura moral, al igual que la fama pero con menos sacrificio. El saber que el muerto en su placard está a la vista de todos, le dará enorme tranquilidad: usted sabrá que la gente que está con usted no se irá tan fácilmente y ellos terminarán valorando su sinceridad.
  5. Hacerse propaganda cuando se actúa con heroicidad y arrojo está mal visto, en cambio ser cínico es un rasgo sumamente útil para un infame.
  6. Hacerse una fama cuando la gente está más predispuesta a señalar los errores ajenos que a reconocerle las virtudes es difícil: usted no tiene más que ser usted mismo, con eso basta para forjarse una merecida mala fama.
  7. Al infame se le piden pocas cosas, casi exclusivamente que se abstenga de participar. No pasa lo mismo con los famosos.
  8. Ser famoso injustamente es casi lo mismo que ser un infame con justicia de título, pero más azaroso.
  9. Aprender a regodearse en la propia infamia es el epítome del cretino, casi el Zen del Imbécil Moral.
  10. Aprenda de grandes infames: Bruce Ismay, Lee Harvey Oswald, Torquemada, el obispo de Canterbury, los dos Bush, el papá de Mafalda, el piquetero K. y tantos otros, pero no se deje apabullar, usted puede ser peor que todos ellos, sólo es cuestión de esfuerzo.

1 comentarios:

Vill Gates dijo...

En ese sentido creo que todos somos en distinta medida un poco cretinos. Y no lo digo para agazaparme en la mayoría que iguala, no. Lo digo para darme un tortazo por imbécil.

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